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Pues los egipcios son hombres, y no Dios(A),
Y sus caballos(B) son carne, y no espíritu.
El Señor, pues, extenderá Su mano(C),
Y el que ayuda tropezará,
Y el que recibe ayuda caerá(D);
Todos ellos a una perecerán.

Porque así me dice el Señor:

«Tal como gruñe el león(E) o el leoncillo sobre su presa,
Contra el que se reúne una multitud[a] de pastores,
Pero que no se atemoriza de sus voces ni se acobarda por su multitud,
Así descenderá el Señor de los ejércitos para combatir(F) sobre el monte Sión y sobre su colina».
Como aves que vuelan[b](G), así protegerá el Señor de los ejércitos a Jerusalén;
La protegerá y la librará,
La perdonará y la rescatará(H).

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Footnotes

  1. Isaías 31:4 Lit. plenitud.
  2. Isaías 31:5 O revolotean.